El Castillo de Montjuïc: privatización de la memoria colectiva
Por Daniela Osorio
Acostumbrados/as como nos tienen a la política de privatización y mercantilización de lo público, a nadie pareció extrañarle la noticia de que por primera vez en 300 años de historia, en marzo de este año, se instalasen taquillas a la entrada del Castillo de Montjuic. Al igual que en el Parc Güell y el Hospital de Sant Pau, desde entonces el visitante ha de abonar 5 euros para entrar.
Un origen marcado por la resistencia y la defensa de la ciudad
Ubicado en un lugar estratégico para la defensa y control de la ciudad, el castillo, en sus orígenes, fue un fortín clave en la resistencia campesina contra las tropas castellanas de Felipe IV, único momento en el que se utilizó para defender la ciudad. En 1751 y bajo las órdenes del reino de Castilla, se reformó la fortificación para convertirse en el Castillo tal y como lo conocemos en la actualidad. A partir de entonces pasó a ser una base militar dispuesta a reprimir cualquier intento de sublevación en la ciudad.
Cárcel, tortura y fusilamiento de presos políticos
Durante los siglos XIX y XX, marcados por una fuerte conflictividad social, el Castillo destaca como escenario de represión del movimiento obrero. La fortaleza ejerció de cárcel y lugar de castigo de la lucha proletaria en la ciudad. En la Semana Trágica de 1909, fueron apresados y asesinados varios anarquistas, el más recordado, Francesc Ferrer i Guàrdia, creador de la Escuela Moderna. En el 36 le tocó el turno a los falangistas y luego de su victoria y posterior represión, fueron asesinados más de 4.000 presos republicanos, empezando por el presidente de la Generalitat Lluís Companys.
El retorno a la ciudad, y la mercantilización del espacio público
El castillo no será devuelto a la ciudad hasta 1960, fecha en que Franco lo cedió al gobierno municipal, con excepción del museo militar que albergaba en su interior. Actualmente existe un convenio de colaboración entre el Ayuntamiento, la Generalitat, el Ministerio de Defensa y la Asociación Amics del Castell de MontjuÏc; al que se suma la presencia de una empresa privada (Magma Cultura) que es la encargada de gestionar los servicios culturales. Los últimos cambios en la gestión del Castillo, acompañan la línea que ha tomado el Ayuntamiento, un paso más en el proceso de privatización de la ciudad.
Els Barcelonins no paguem entrada, al castell