No en nuestro nombre

Publicamos este escrito colectivo, de un grupo numeroso de Feministas del Poble-sec, en respuesta al comunicado de la Unió de Veïns, que destacaba que los MENAS (siglas con las que la administración designa a los menores extranjeros no acompañados) son un “problema” para el barrio.

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Somos vecinas y vecinos del Poble Sec, preocupadas y hartas de los discursos racistas y machistas que cada poco tiempo son lanzados por un pequeño grupo de personas en nombre de todas las vecinas.logo8m_2

Este grupo minoritario se arroga la voz de todas para criminalizar y estigmatizar a algunas personas y no vamos a tolerarlo.

El Poble Sec es un barrio de gente trabajadora que está sufriendo un proceso extremadamente violento de expulsión de sus habitantes, con desahucios todas las semanas, que se enmarca en una dinámica que se está dando en toda la ciudad, donde las condiciones de trabajo empeoran día a día y los precios no paran de subir. Donde los bancos y los fondos de inversión hacen negocio con nuestras viviendas, las grandes empresas se enriquecen cada vez más a costa de empeorar nuestras condiciones de trabajo y nuestros sueldos, y la privatización de los servicios públicos empeoran nuestra calidad de vida para que unos pocos se enriquezcan.

 Y en este contexto, nos encontramos con un grupo de personas que pretende instrumentalizar esta situación en su propio beneficio.

 Hablan de inseguridad, pero no proponen parar los desahucios, como estamos haciendo muchas otras vecinas, ni apoyan los proyectos comunitarios que desde las entidades y centros cívicos del barrio se plantean para intentar mejorar la calidad de vida de las vecinas, para tejer lazos, para poder seguir contando las unas con las otras.

Tampoco los vemos en las iniciativas contra la privatización de los servicios públicos, de los CAPs, de las escuelas…

Porque seguridad es saber que te vas a poder quedar en el barrio, donde conoces a las vecinas, donde si necesitas ayuda sabes que puedes contar con las otras.

Seguridad es tener acceso a una atención médica de calidad, sin tener que esperar semanas para que te vea la doctora y no tener que preocuparte de si puedes pagarla o no.

Seguridad es que haya viviendas a precios asequibles para que la juventud no tenga que irse del barrio porque no tiene dinero para quedarse…

Denunciamos tajantemente la instrumentalización de las violencias machistas para criminalizar a parte de nuestros vecinos.

Como feministas llevamos años explicando que las violencias machistas se dan en todas las clases sociales, por hombres de todas las razas, procedencias y opciones políticas.

El machismo es estructural, está en las relaciones personales, en las asambleas y en las estructuras vecinales. Esta creación del enemigo “otro” es racista y una estrategia para no responsabilizarse de sus propias actitudes machistas.

Nos nos cansaremos de gritar que la INMENSA MAYORÍA de las violaciones, las agresiones y los feminicidios (los asesinatos de mujeres por el hecho de ser mujeres) se dan por parte de conocidos de la víctima, sobre todo parejas o exparejas, que claro que queremos calles iluminadas, pero también barrios vivos, con gente en la calle para poder caminar tranquilas y con vecinas que nos conocen para que puedan intervenir o alertar cuando somos agredidas en nuestras casas.

Frente al discurso machista que señala que el gran peligro para las mujeres proviene de jóvenes desconocidos y está en el espacio público, respondemos que la mayoría de nuestros agresores están en nuestras casas, de las que no podemos escapar porque no tenemos dinero para irnos y porque poder pagar un techo para nosotras y nuestras criaturas es imposible en el contexto de especulación inmobiliaria que vivimos.

Y no será con más policía en el barrio como podamos hacer frente a estas violencias, la misma policía que nos expulsa de nuestras casas o que nos agrede cuando nos manifestamos para exigir servicios públicos de calidad.

Pero a estas personas racistas que hoy claman por la inseguridad en el barrio tampoco las hemos visto en el homenaje a nuestra vecina de la calle Tapioles que fue asesinada por su marido el otoño pasado. Ni en el pasacalles del 8 de marzo que recorrió el barrio denunciando las diferentes formas de violencia que sufrimos las mujeres en nuestro día a día, donde nos juntamos mujeres de todas las edades y procedencias.

 Pero sí que están hoy aquí, criminalizando a niños, adolescentes y jóvenes, exigiendo en nombre de todas que se maltrate a quienes deberían ser apoyados y protegidos.

No toleraremos discursos racistas en nuestro barrio, después de la agresiones sufridas por los menores no acompañados en Castelldefels o Canet de Mar, nos parece todavía más importante desmontar y denunciar estos discursos que fomentan la violencia racista y el odio.

Frente a su intento de emitir discursos fascistas y racistas en nombre de todas, nos tendrán enfrente.

Feministas del Poble-sec.

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