EL TRUEQUE: DARLE VIDA A LAS COSAS
Por Carla Fajardo
Una mañana de un domingo soleado, una señora descubre un mercado de intercambio en las calles de su barrio. Más concretamente, en la plaza Navas del Poble Sec. Se acerca curiosa a una parada, coge un juguete y pregunta:
− ¿Cuánto es?
− ¿Cómo?
− Que cuánto le doy por esto
− No, no, señora. No me tiene que dar nada. Aquí sólo cambiamos cosas.
− ¿Pero qué tengo que traer?
− Lo que sea que me sirva.
− ¡Voy a casa y vuelvo!
El TrocaSec es una iniciativa que surge en el año en 2009 impulsada por un grupo de vecinos. “No inventamos nada nuevo, lo hacían en Gracia, lo hemos hecho toda la vida. Yo te doy, tú me das”, señala Tamara Sancho, vecina y parte del grupo motor.
Al mercado acude gente que necesita cosas, incluso gente que sólo acepta comida a cambio de sus artículos, pero también van personas que tienen como filosofía la creación de una red alternativa para el uso y consumo. Su objetivo es crear lazos entre vecinos. Cada vez está más lleno y están empezando a participar inmigrantes, sobre todo mujeres marroquíes y paquistaníes. Una argelina con parada en el mercado que prefiere mantener el anonimato dice que viene por necesidad y afirma que el barrio ha cambiado, sobre todo entre la gente de fuera. “Ahora nos conocemos y nos ayudamos más”, señala.
Cuenta también que ella hace de mediadora para informar a los extranjeros que no entienden la lengua sobre qué es el mercado de intercambio.
El mercado se realiza tres veces al año en diferentes lugares, pero la atmósfera siempre huele a magia.
Quizás el ambiente es fruto del concepto “intercambio”, que implica negociar, hablar, escuchar, mostrar y tocar, recuperando así la proximidad que perdimos con las grandes superficies, las cajas registradoras y el self-service.