“Saber que no estamos solas”
Marta, antigua vecina del Poble Sec y que ahora vuelve a buscar casa en el barrio llega con la característica camiseta verde. Puntual y un poco nerviosa: ser una Kelly ya no es cualquier cosa, despierta un gran interés como si sólo ahora percibieramos la fuerza de estas mujeres. Las camareras de piso, son el colectivo que más ha sufrido los recortes en derechos laborales, el crecimiento del turismo basado en la explotación laboral y feminización del trabajo. Pese a las dificultades, se están organizando para hacerse visibles, ser escuchadas y luchar por sus vidas de la mejor forma posible: juntas.
¿Qué le dirías a quien empieza a trabajar de Kelly?
Prepárate y sino, búscate otra cosa. Es un trabajo duro y tenemos un largo camino por recorrer y mucho por lo que pelear.
¿Cuándo empieza a ser insostenible la situación laboral?
El momento de inflexión llegó en 2012. La crisis empezó antes pero aquí es cuando las empresas dejan de contratar personal fijo y de ETTs. Surgen las empresas de multiservicios, empresas externas que despiden al personal fijo o con mejores condiciones y utilizan mano de obra nueva y barata, ofrecen salarios más bajos, peores condiciones de trabajo y menos derechos laborales.
¿Cómo llegan los cambios?
Poco a poco. Pero llega un día y hemos caído todas. Como eslabones de una cadena nos vamos soltando.
Explícanos qué es lo que pasa para que se haga el clic definitivo.
El pasado marzo una amiga empezó a hablarme de Las Kellys, de un grupo de camareras de piso que se juntaban para reivindicar sus derechos y me dije “voy a juntarme con ellas”, yo soy una Kelly. Y ahí comenzó todo, empezamos a trabajar juntas. Charlas, reuniones, campañas. Además nos estamos reuniendo una vez al mes en el Colectivo Ronda donde hacemos un taller de formación para todas las camareras de pisos que quieran venir.
Nos contamos las historias, casi siempre son las mismas o se parecen mucho, los mismos problemas, las mismas dudas. El trabajo es más precario, los sueldos son peores y las condiciones inaguantables.
¿Qué hacéis cuando una Kelly llega al grupo por primera vez?
Escuchar y hablar. Nos contamos las historias, casi siempre son las mismas o se parecen mucho, los mismos problemas, las mismas dudas. El trabajo es más precario, los sueldos son peores y las condiciones inaguantables. Además, casi todas somos mujeres, las que limpiamos somos las mujeres.
¿Cómo trabajan Las Kellys?
Autónomamente, tejiendo redes de apoyo mutuo y pensando que algún día esto se terminará. Sabemos que esto será largo pero que dará sus frutos. Este trabajo es duro, muchas tenemos que automedicarnos para paliar los dolores ya que no podemos coger la baja si no queremos ser despedidas.
A nivel estatal somos más de 2000 y aquí en Barcelona vamos creciendo
Os habéis constituido como asociación ¿Por?
Sí, nos hemos constituido como asociación hace poquito para defender y luchar por nuestros derechos y para que nadie hable por nosotras. A nivel estatal somos más de 2000 y aquí en Barcelona vamos creciendo, eso sí, hay miedo a perder los trabajos y por eso cuesta un poco. No pertenecemos a ningún sindicato, somos autónomas.
¿Cómo llegas a Barcelona?
Por casualidad, hace 17 años. Soy de Ecuador, la tercera de 5 hermanos, la que tenía que viajar a Barcelona era mi hermana y su pareja. Pero un accidente de éste hacen que los planes cambien y que viaje yo. En unos meses estaba aquí. Fue mi primer viaje. Mi primer trabajo fue de interna en una casa, duró cinco meses porque volvió la antigua interna. También trabajé limpiando por horas y de camarera en restaurantes y cafeterías.
¿Cómo empezaste a trabajar como camarera de piso?
De cero, no sabía nada. Empecé en una empresa de esas que te contratan para trabajos de limpieza, yo no sabía de qué iba. Nos mandaron al World Trade Center, un montón de chicas, todas extranjeras y el trabajo era limpiar el hotel en el que habían acabado las obras. Rascar, limpiar, desinfectar, había mucha suciedad, acabamos de polvo hasta las cejas, rascar pintura del suelo y luego a montar los cuartos. En este trabajo íbamos 3 o 4 limpiando, rascando y montando las habitaciones.
Cuando el hotel estuvo listo, me vi sola, con un cubo de utensilios de limpieza y una hoja con 13 o 14 habitaciones y sin saber por dónde empezar. Le pregunté a una compañera y ella estaba igual. Más tarde, una encargada nos explicó cómo se hacía una habitación. Pero hacer una habitación bien requiere tiempo y mucha práctica.Yo además soy lenta, acababa a las 6 o a las 7. Tuve una gastritis mucho tiempo debido a aquella época. Esto no es vida, no te deja tiempo para estar con los tuyos y descansar, pasas mucho tiempo en el trabajo y cuando sales estás muy cansada
¿Cómo es la movilidad en este sector?
Ahora mismo no quedan muchas fijas al utilizar las empresas de multiservicios. Tienen un convenio interno, no trabajan con el convenio de hostelería sino con uno a la baja. Mano de obra barata y sin antigüedad, así se libran de los problemas de las trabajadoras fijas. Por eso les interesa a los hoteleros, se ahorran el problema de bajas, antigüedad y salarios dignos.
Una de las reivindicaciones de Las Kellys sería…
Que cumplan el convenio, así se cumplirían los horarios, el sueldo y que se reconozcan las enfermedades causadas por este trabajo. Las mutuas no los reconocen y eso es un problema para nosotras. Somos un colectivo que sufre mucho de espalda, codos, rodillas y nos vemos obligadas a trabajar en estas condiciones porque si coges la baja te despiden. Trabajamos con miedo a ser despedidas.
Admiro que con lo cansadas que estáis mental y físicamente tengáis la energía para organizaros, trabajar y conceder entrevistas ¿de dónde sacáis la fuerza?
De dentro, cuando ves que ya no te queda nada, luchas. De eso se trata, de pelear y de sacar fuerza.
¿Qué ha supuesto para ti formar parte de Las Kellys?
Un subidón de autoestima, nos hemos animado, te dices: “puedes luchar”, nuestro trabajo cuenta y podemos hacer algo. Y saber que no estamos solas. Hemos visto que tenemos fuerza, que juntas podemos cambiar algo y que se nos escuche. Hemos vuelto a ser visibles para el mundo y para nosotras mismas, eso es muy importante.
Hay un problema de fondo, el turismo sube, los hoteleros ganan cada vez más pero nosotras perdemos. Algo falla.
¿Qué les dirías a las trabajadoras de la limpieza que hay en el Poble Sec pero que todavía no forman parte de Las Kellys?
Que se junten, que se unan, que no hay que tener miedo, que si no nos revelamos vamos a seguir igual o peor. Que tenemos que levantarnos, escucharnos y decir hasta aquí, basta. Hay un problema de fondo, el turismo sube, los hoteleros ganan cada vez más pero nosotras perdemos. Algo falla.