“Somos feministas en defensa propia”

Hablamos con Sabrina Sánchez sobre trabajo sexual y feminismo. Ella es secretaria de Aprosex, una asociación formada por trabajadoras independientes, que lleva 6 años organizándose en Barcelona. Son asamblearias y su objetivo es combatir el estigma, la criminalización y la precariedad. Compartir afectos y saberes, luchar por la despenalización del trabajo sexual y, además, sentirse orgullosas de lo que hacen, son sus estrategias.

entrevista_sabrina5¿Por qué nace Aprosex?

Con la crisis vimos que hubo un aumento notable de mujeres que se quedaban sin trabajo, tenían una hipoteca y deudas, y no les molestaba tener sexo con desconocidos, así que empezaron a ejercer el trabajo sexual. Y vimos que lo hacían de cualquier manera.. Entonces decidimos juntarnos un grupo de trabajadoras para empezar a organizarnos y compartir información entre nosotras. Para acompañarnos, compartir alegrías, tristezas, malos momentos…Después empezamos a hacer cursos, también de especialización. Porque como en cualquier trabajo te tienes que especializar, sobre todo cuando eres independiente. Vimos que era necesario, pues dar el 50% de lo que cobras para que alguien te ponga un anuncio es explotativo. Nos empezamos a organizar y exigir derechos laborales. También se nos ocurrió la idea de hacer el taller estrella que tenemos: el taller Santas y Putas, para mujeres y personas que tienen vulva, donde se explora diferentes cuestiones sobre sexualidad, cómo buscar el placer, cómo complacerte a ti, empoderarte, cómo guiar a tu pareja. A las mujeres se les educa para ser pasivas y no disfrutan del sexo como deberían.

Aprosex estáis sólo en Barcelona, ¿y en el resto del estado?

Tenemos muchas alianzas con Hetaira en Madrid, que lleva más de 20 años. Con Afemtras, que es una asociación de trabajadoras del polígono de Villaverde, en Madrid. Con Caye, en Asturias y con las compañeras de Sevilla que se acaban de constituir ahora.

¿Cuáles son los problemas que afectan a las trabajadoras sexuales?

El primero es el estigma puta que no nos deja compartir cómo nos ganamos la vida con la gente que queremos. Pero vas avanzando y vas viendo que no tenemos derechos laborales en absoluto. Sobre todo cuando trabajas para terceros. Ahora habrá un juicio en Madrid de una compañera a la que le cambiaron las condiciones en el club donde trabajaba desde hacía 15 años. Los propietarios decidieron endurecer las condiciones: sólo podía ausentarse una hora para comer, retiraron el servicio de limpieza y les obligaban a ellas a hacerlo y pagar más por la habitación. Este tipo de abusos existen porque no hay derechos laborales. Ellos se escudan en que no pueden darte de alta porque estarían violando el código penal. Cuando ella se quejó, la echaron.

¿Cuál es vuestra propuesta?

La despenalización. Que no multen a las compañeras y a los clientes. No sirve de nada. Esta es la petición básica. En Nueva Zelanda se hizo una ley de despenalización y por el momento va bien. En Holanda o en Alemania se hicieron leyes de regularización con el pretexto de salud pública, y están beneficiando sólo a los dueños de los burdeles. Es muy complicado cumplir los requisitos si no eres de allí, siempre se queda alguien fuera con la regularización.

¿Y los derechos laborales? ¿Trabajar como autónomas?

No, también para terceros. Es como si dijeras que todos los lampistas a partir de ahora sean autónomos. Muchas trabajadoras se juntan y montan un piso, son independientes pero trabajan como una empresa. Que terceros paguen los impuestos como en cualquier otro trabajo. Al no tener nómina tienes que buscar alguien que te ayude si quieres, por ejemplo, alquilar un piso. Nosotras estamos más cerca de quedarnos en la calle.

¿Te consideras feminista?

Transfeminista.

¿Y qué quiere decir eso para ti?

Ser feminista para mí significa que puedo hacer con mi cuerpo lo que me dé la gana. Sin cuestionamientos. En segundo lugar, es no decirle a otra mujer lo que tiene que hacer con su cuerpo. A partir de ahí, bueno.. ya te puedes ir a lo más teórico…  he leído a Butler, por ejemplo, y el feminismo que tiene que ver con romper con el binarismo de género. Aunque todos los días performe como algo denominado mujer, no tengo la corporalidad que te exige el binarismo – ni tampoco la quiero tener – me gusta performar como performo, me gusta que se me lea como una mujer y ya está. Legalmente también, porque si no, es un problema: tienes que dar explicaciones para todo… que legalmente la identidad esté adaptada a lo que la sociedad percibe que soy y ya está.

¿Qué ha llegado antes a tu vida: el transfeminismo o el trabajo sexual?

El trabajo sexual. Yo sabía que el feminismo es necesario en la sociedad, pero no me identificaba con las feministas mainstream, como la Beatriz Gimeno y otras… pero me chocaban los comportamientos machunos… después empiezas a leer y a tomar conciencia. A identificarte. Entonces me di cuenta de que el feminismo era necesario para defendernos: nosotras somos feministas en defensa propia. Si lees a Federicci te das cuenta que las putas en la Edad Media eran la resistencia.

Venimos de un año cargadito de polémica. Por ejemplo, la campaña #HolaPutero. Algo rápido sobre esto.

Hablan dos chicas cis súper normativísimas haciendo ver que interpelan al cliente, cuando en realidad están hablando de cosas que decimos nosotras. Hay una frase que dice: “Cuando tú hablas de trabajo sexual, yo hablo de explotación…” trabajo sexual es el término que usamos nosotras, los clientes nunca hablan de trabajo sexual. De hecho, el término lo inventó una puta, Carol Leigh. Es atacarnos haciendo ver que atacan al cliente. Es lamentable. Salieron en todos los medios. Nuestras compañeras contestaron con el vídeo #HolaAbolo que no salió en todas partes: hay mucha diferencia de poder. Durante la caza de brujas siempre había alguien que te delataba. En este caso, es parecido. Nos hacen la existencia más difícil para luego “rescatarnos”. Nunca hablan de explotación laboral. “¿Cómo de un abuso vamos a hacer un trabajo?” Ese es el argumento, sin embargo, muchos trabajos esclavos se convirtieron en “trabajo digno”, pero con salarios de mierda.

El argumento de la dignidad.. todo lo que hagas con tu cuerpo es sucio, y además el dinero ensucia.

Es la esquizofrenia del capitalismo: el dinero es sucio pero no puedes hacer nada sin dinero. Y además, si eres mujer, todo lo tienes que dar gratis: ¿cómo vas a cobrar los cuidados? Eso se hace por amor. Y el sexo es parte de los cuidados. La dignidad realmente es llegar a final de mes, con tu alquiler pagado y comiendo tres veces al dia. No hay que darle más vueltas. No es trabajar por romperte la espalda y tomando drogas analgésicas para soportarlo. Estamos haciendo alianzas con las Kellys y mujeres que se ocupan de trabajos feminizados porque somos las que estamos más jodidas.

¿Por qué no se escucha el discurso de las putas dentro del movimiento feminista?

Está partido a la mitad. Hay quienes están también en la industria del rescate, cobran subvenciones… Claro, si te quedas sólo con el discurso dramático centrado en situaciones que numéricamente son las menos. Conozco a muchas trabajadoras sexuales en Europa y la norma es que una ejerza este trabajo por voluntad propia y porque es la opción menos mala que tiene. Los abusos que padece son por la falta de derechos y por la criminalización.

Se dice que la prostitución es una relación de poder…

Ya, pero la relación de poder está en todas partes. El problema es tomarlo como un problema moral universal. Hay que tener una ética pero no una moral. En todos los trabajos hay una relación desigual pero la aceptamos porque en ese momento nos va bien. En los matrimonios hay desigualdad.

¿Cuál es la diferencia entre estar sola y estar asociada? ¿En qué te ha cambiado la vida?

Compartir con mis compañeras, reírnos mucho, sentirme acompañada y no sentirme sola. Protegernos entre nosotras.

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